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¿El fin de la SIM?

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Mucho se viene comentando sobre este tema y parece que en 2016 el rumor se convertirá en realidad. La tarjeta SIM tiene los días contados y esto supondrá una auténtica revolución en el mundo de las telecomunicaciones y un cambio de paradigma en el sector de los teleoperadores.

Hasta hace poco, la tarjeta SIM era algo así como el DNI de nuestro smartphone sin el cual quedábamos desprovistos de toda nuestra lista de contactos y sin identificación en la red por lo que establecer una llamada con otro terminal era imposible. Pero la irrupción de las llamadas a través de WhatsApp ha echado por tierra este vínculo obligatorio entre cliente y operador.

La red de telecomunicaciones de terminales móviles, tal y cómo se organiza actualmente, queda obsoleta y se ha vuelto inútil puesto que, cada vez más, las comunicaciones se establecen a través de los satélites. De esta manera, ya no es necesario estar conectado a una red para realizar llamadas sino que puede hacerse a través de internet. Además, ya no contactaremos con un número sino que lo haremos con un perfil, de lo que sea, WhattsApp, Facebook, Instagram, Twitter… la lista de contactos pasará a ser la lista de perfiles que nunca perderemos puesto que está almacenada en el background de nuestra redes sociales.

A pesar de que, hoy por hoy, las llamadas por WhattsApp presentan algunas deficiencias, la previsión es perfeccionarlas y asemejarlas a las que realizamos actualmente a través de la red de teleoperadores. De esta manera, la SIM física desaparecerá y dará paso a la eSIM, un chip fijo instalado de fábrica en los smartphones.

Sin embargo, queda por ver cómo asumirá la nueva SIM electrónica su papel de huella digital, tal y como se concibe hoy en día con la SIM física. Pongamos un ejemplo: actualmente, cuando uno realiza una compra a través de internet, las entidades bancarias adoptan filtros de seguridad de cara al cliente mediante el envío de un SMS con la contraseña necesaria para dar luz verde a dicha operación. Con la desaparición de la SIM, desaparecen también los SMS y deberá optarse por otro canal que ofrezca la misma percepción de seguridad al usuario.

Obviamente, este cambio de modelo en el negocio de las telecomunicaciones supone un golpe muy duro para la industria de operadores de smartphones ya que supondrá el fin del polémico roaming y la posibilidad de ejecutar portabilidades express, entre otros. Tanto los fabricantes, como los operadores y las tiendas de telefonía móvil deberán adaptarse al nuevo escenario ofreciendo nuevos servicios que les permitan subsistir.

Asistimos pues a la inminente monitorización de, prácticamente, todos los objetos que forman parte de nuestra vida cotidiana. Desde el coche, pasando por los electrodomésticos del hogar, hasta el smartphone, todo llevará incorporada la eSIM que permitirá la activación remota y automatizada de nuestro día a día.